GRUPO PAULUS Oraciones

Oraciones

La oración

“Con la oración podemos levantar el mundo.

Santa Teresa de Lisieux (1873-1897), que fue una maravillosa y fecunda misionera a pesar de permanecer siempre en un monasterio, ha expresado de manera clara el secreto de la fecundidad de la oración, que hoy muchos ya no entienden.

Ella con gran claridad, escribió: Un sabio dijo “dame un punto de apoyo y moveré el mundo”. Lo que Arquímedes no pudo lograr, porque su solicitud no se dirigía a Dios y se expresaba solo desde un punto de vista material, los santos lo lograron plenamente. El todopoderoso les dio, como `punto de apoyo, solo al Él mismo; como palanca, les dio la oración que enciende un fuego de amor, y así levantaron el mundo. Y así lo levantan los santos de la Iglesia militante, y lo levantarán los santos futuros hasta el fin del mundo.

Son palabras para meditar de rodillas. Y, sobre todos son palabras para tomar en serio y empezar a orar de verdad. ¡Ahora mismo: hoy!

Teresa nos entrega una verdad de valor incalculable: ¡los verdaderos apóstoles son los santos! Y son apóstoles, ante todos, ¡porque rezan!

Cap. 1 Tres llamados con autoridad sobre la necesidad de la oración. Pag. 15 – del libro Orar hoy de Ángelo Comastri

Ciertamente estas hermosas palabras de Santa Teresita de Lisieux son inspiradoras para cualquier persona. Para nada difícil. SOLAMENTE HAY QUE ORAR.

Ahora bien, ¿somos personas de oración, o solo rezamos cuando lo necesitamos? ¿La oración es solo para pedir, pedir y pedir? ¿Rezamos solos en casa, o de forma comunitaria? Santa Teresita dice una verdad. El mundo necesita santos, pero para ser santos se necesitan personas de auténtica oración.

Dice David maría Turoldo (1916-1992) “Creo que el hombre no puede realizarse sin el silencio y la oración. Lo que más falta en nuestros tiempos, en esta civilización, es el espíritu de oración. Esta sería la verdadera revolución: ¿el mundo no ora? Yo oro. ¿el mundo no guarda silencio? Yo guardo silencio. Y escucho.” Es una característica de nuestros tiempos el ruido constante. Ya no se guarda silencio, ya no se contempla. Se ha perdido el verdadero valor de las cosas. Y cuando no se guarda silencio, tampoco se escucha. Ya nadie escucha a nadie. Ya no hay alegría. Es necesario volver a ¡orar! Solo la oración da espacio a Dios en nuestra vida, y con Dios todo es posible.


¡CRECE!

Acójanse mutuamente…
Romanos 15:7

¿Qué vamos a hacer cuando estemos rodeados de personas cuyos sistemas de creencias sean bastante diferentes de los nuestros? ¿De dónde vendrá nuestro apoyo?
En lugar de encontrar apoyo que confirme nuestro propio sistema de creencias, podríamos mejor buscar la diferenciación que nos permita ser completamente nosotros mismos, incluyendo la aceptación de nuestras limitaciones.
A medida que nos damos cuenta de la dinámica de nuestro inconsciente, podemos recibir a las personas y
los eventos tal como son, en lugar de filtrarlos a través de lo que nos gustaría que fueran, o lo que esperamos o
exigimos que sean. Esto requiere dejar de lado los apegos, las aversiones, los “debería” y las exigencias que imponemos a los demás y a la vida, que reflejan la mentalidad de un niño, en lugar de la de un adulto.

Romanos 15:7
Acójanse mutuamente, como Cristo los acogió a ustedes…